Convento de San Francisco

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El Convento de San Francisco y la Fundación Hispano Lusa Rei Afonso Henriques

El Convento de San Francisco se fundó extramuros de la ciudad, sobre la margen izquierda del Duero, durante el siglo XIIII.

Tras su exclaustración, el templo se mantuvo en aceptable estado de conservación, con las capillas de los Ocampo al norte y los Escalante al sur. Además se conservó la capilla del deán Vázquez de Cepeda, espectacular proyecto ejecutado en 1521 por Rodrigo Gil de Hontañón (y más tarde por Juan Gil de Hontañón y Ardoin de Avineo), considerado uno de los mejores arquitectos españoles del siglo XVI. La capilla funeraria del deán, que se pensó además como sede de la Cofradía Penitencial de la Vera Cruz, estaba rodeada por once cabañas que albergaban escenas de la vida de Cristo encargadas al imaginero Gil de Ronza. También se conservó una galería de celdas y una bodega situada bajo la anterior.

El último y renovado proyecto de restauración alzó nuevas alas en acero cortén y grandes superficies acristaladas habilitando una zona ajardinada, donde antiguamente se alzó la nave de la iglesia, y otra administrativa y cultural con aulas y biblioteca, recreando los viejos espacios claustrales, que ahora son la sede de la Fundación Hispano Portuguesa Rei Afonso Henriques; fundación cuya misión es contribuir a la formación del valle del Duero como un eje de sinergia cultural, histórica y patrimonial en el ámbito más amplio de las relaciones hispano lusas.

Los trabajos arqueológicos previos a la última intervención en el Convento de San Francisco documentaron la presencia de un interesante horno para fundir campanas que data de época moderna.

Convento de San Francisco
Convento de San Francisco. Vista desde la margen derecha del Duero
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La desaparición del archivo conventual y las exiguas referencias halladas hasta el presente en la limitada documentación medieval de Zamora dejan sumidos en penumbra, cuando no en total oscuridad, tanto los orígenes de esta fundación franciscana como su trayectoria anterior a la Edad Moderna […] Piñuela Ximénez nos da cuenta del primitivo asentamiento de los franciscanos en el arrabal de San Frontis, junto a una ermita de Santa Catalina, que intentarían mejorar por el año 1246 consiguiendo de Inoncencio IV indulgencias para quienes cooperaran a ello (José Navarro Talegón, “Memoria histórica” en el Convento de San Francisco, 1998)