La Iglesia de Santa María Magdalena, la esencia del románico
Siglos XII – XIII
La Iglesia de Santa María Magdalena es un templo de única nave y tres tramos pautados por contrafuertes, remata hacia oriente por un magnífico ábside semicircular de menor altura, al que precede un presbiterio recto. La gran esbeltez del edificio pudo motivar problemas de estabilidad que dieron lugar al refuerzo mediante los contrafuertes que caracterizan sus fachadas septentrional y meridional.
La Iglesia de Santa María Magdalena conserva tres portadas, de las que destaca la meridional, formada por cinco abigarradas arquivoltas vegetales integrando la figura de un obispo y varias máscaras. La arquivolta inferior es especialmente singular por su perfil polilobulado. Sobre la misma portada meridional existe un florido rosetón abocinado y lobulado.
Pero la joya de la corona de la Iglesia de Santa María Magdalena es su sepulcro tardorrománico, con una ignota yacente femenina, cuya alma asciende hacia el firmamento. El cenotafio –remedo de redencional Jerusalén celeste- está coronado por microarquitecturas gallonadas y una gallarda fauna fantástica que rememora el desaparecido coro tallado por el taller de Maestro Mateo para la catedral de Santiago de Compostela.
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Compacto y moreno de sol,
como un fruto,
el templo de la Magdalena
sensación de permanencia
de tierra fija y eterna
tierra sin sequía.
El ojo del rosetón,
sabio de siglos,
el prodigio del pórtico
la quilla armoniosa del ábside,
rasgada por sobrias ventanas.
(Claudio Rodríguez)