La Iglesia de Santo Tomé y el Museo Diocesano
Siglos XII – XVII
La Iglesia de Santo Tomé, fundada en 1106 en los Barrios Bajos, fue monasterio en 1126, beneficiado con la Iglesia de Santa María de Matela por parte de la infanta Doña Sancha, hermana de Alfonso VII; recibiría además la villa de Venialbo, cediéndolo al obispo y cabildo de Zamora en 1135, mientras se remataba la fábrica románica de la Catedral, haciendo las veces de corazón eclesiástico de la ciudad y sede episcopal. Del viejo edificio conserva su cabecera, que data del primer tercio del siglo XII, con tres capillas cuadradas y molduras abilletadas, recuerda a Santa Marta de Tera, pero su tosca escultura no alcanza la excelencia de la magna fábrica de San Isidoro de León. Una espadaña, que data de 1832, se alza sobre el hastial occidental. Las recientes excavaciones arqueológicas han permitido descubrir la necrópolis medieval, apiñada junto a la cabecera.
Actualmente, la Iglesia de Santo Tomé es la sede del Museo Diocesano y alberga en su interior una importante exposición permanente de notables obras religiosas sobre el arte sacro medieval y renacentista de la provincia de Zamora.
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Noticias de esta iglesia comenzada en 1093 arroja cierta inscripción, que más adelante se catalogará, con los nombres de dos maestros, Sancho y Raimundo, que uno tras otro la construyeron; más ella, por desgracia no existe. En cambio, faltan datos de otras cinco iglesias, las más antiguas hoy en Zamora, que debieron surgir cerca de aquella fecha, con poca característica del período anterior, se informan con unos mismos elementos y constituyen grupo, con vistas hacia San Isidoro de León, que debió procederlas, y también hacia lo románico de Ávila, Salamanca y Segovia, menos arcaico y posterior en apariencia. (Manuel Gómez Moreno, Catálogo Monumental de España. Provincia de Zamora (1903 – 1905), 1927)