La Plaza de Sagasta, antigua Plaza de la Hierba
Siglo XX
La actual Plaza de Sagasta, antiguamente llamada Plaza de la Hierba, es el lugar donde se hermanan las calles que partían de los derruidos portillos de Santa Clara y San Torcuato, para ir juntas hasta la Plaza Mayor. Fue el espacio ocupado por el mercado callejero de frutas y verduras hasta 1904, cuando entró en funcionamiento el nuevo Mercado de Abastos.
En la Plaza de Sagasta se alzaron algunos de los más importantes edificios urbanos de la ciudad durante el primer cuarto del siglo XX, propiedad de la burguesía y de los rentistas más adinerados, que instalaron señalados negocios en sus bajos comerciales.
Hacia el lateral meridional, en la esquina con la Calle de Viriato, Segundo Viloria levantó un par de edificios en 1880. En 1908 Francisco Ferriol proyectará para Gregorio Prada el inmueble de la Calle Quebrantahuesos mientras que Gregorio Pérez Arribas alzó otros dos edificios fronteros.
En el lateral norte de la misma plaza se construyeron piezas tan interesantes como la Casa de las Cariátedes, seguramente obra también de Gregorio Pérez Arribas, otro edificio coronado con un par de efigies aladas que fue reformado por Antonio García Sánchez-Blanco en 1921 y algunos más con ricos detalles eclécticos y modernistas trazados por insignes arquitectos como Francisco Ferriol.
El retardatario edificio que da a Santa Clara y San Torcuato no fue proyectado hasta 1950 por Enrique Crespo Álvarez para Miguel Martínez.
Una historia sobre la Plaza de la Hierba
La hierba creció durante años en la actual Plaza de Sagasta por el enfrentamiento en 1531 de dos familias vecinas, los Mazariegos y los Monsalve. Todo comenzó cuando el joven Diego Mazariegos la emprendió a bastonazos, en una reunión con su anciano tío Francisco Monsalve. El daño causado y el dolor de la ofensa se convirtió en venganza tras conocer el fallecimiento del anciano. El miedo a las flechas que se disparaban desde las ventanas de uno y otro lado de la plaza hizo la zona vedada al tránsito de los zamoranos. La hierba y la maleza comenzaron a crecer tanto que la plaza fue llamada popularmente Plaza de la Hierba. Hubo un reto a muerte en al Campo de la Verdad, pero hubo otro en las calles de la ciudad entre los partidarios de uno y otro bando que finalmente se saldó sin muertes. Con el paso del tiempo la hierba desapareció bajo las suelas de los habitantes, no así el nombre de la plaza que recuerda lo sucedido.
Booking.com
Sobresalen la Plaza de Sagasta y la Calle Viriato que, juntas, forman un área en la que intervinieron todos los grandes protagonistas de la arquitectura zamorana de los cien años que abarca esta investigación, Eugenio Durán, Segundo Viloria, Gregorio Pérez Arribas, Francisco Ferriol, Antonio García Sánchez-Blanco y Enrique Crespo Álvarez. Muchos de ellos nunca se conocieron y proyectaron los inmuebles de estas dos vías en un período cronológico de más de sesenta y cinco años. Sin embargo, el magnífico resultado final permite concluir que todos ellos compartían un mismo objetivo, transformar las calles históricas, convertirlas en un escaparate de belleza y dar un aire más moderno a la localidad. (Álvaro Ávila de la Torre, Arquitectura y urbanismo en Zamora (1850-1950), 2009)