Langa de Duero – Aranda de Duero
Las chimeneas de hadas
El Camino Natural abandona la localidad de Langa de Duero, en la provincia de Soria, y se adentra en la provincia de Burgos por un lugar donde el bosque de ribera y las chimeneas de hadas, una de las más curiosas formaciones geológicas que se pueden encontrar junto al Río Duero, conforman un paraje propio de los relatos de cuento.
Itinerario
Langa de Duero – La Vid – Guma – Vadocondes – Aranda de Duero
Recorrido
De Langa de Duero a La Vid | 10 Km. – 2 h.
Citada ya como Segontia Lanka por el insigne geógrafo griego Estrabón, la localidad de Langa de Duero fue tan importante que otros eminentes historiadores como Plinio el Viejo o Apiano la mencionaron en sus obras. De hecho, todas las culturas se han sucedido en Langa de Duero: Celtibérica, arévaca, romana, musulmana y cristiana. Según las crónicas, Langa de Duero fue donada a Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, en sus correrías por Castilla. Otras ilustres figuras de la historia, como los Reyes Católicos o Carlos I, han forjado con sus andanzas el carácter de Langa de Duero.
Actualmente la localidad se estructura en torno a la torre atalaya que se eleva sobre el otero de Trascastillo. Su imponente silueta recuerda al viajero que en estos pagos se libraron grandes batallas entre moros y cristianos.
El Camino del Cid
La etapa se inicia en el puente medieval que, con sus doce arcos, vadea el río en las cercanías de la piscina municipal. Tras pasar el puente y realizar un pequeño tramo por la carretera Langa de Duero – Valdanzo el trazado cruza el Río Valdanzo, río truchero y cangrejero cuyas aguas molieron en su día siete molinos y dos batanes. Seguidamente, la Senda del Duero gira a la derecha y toma un camino agrícola, compartiendo itinerario con otra gran ruta senderista de largo recorrido: el Camino del Cid.
El itinerario discurre por la vega del Río Duero, donde las huertas, que tanta fama han reportado a la comarca de Langa de Duero, comparten espacio con cultivos de remolacha, cártamo y cereales; y árboles frutales y extensas hileras de chopos.
La Senda del Duero llega a una bifurcación donde toma el ramal derecho y continúa por un camino que discurre entre el Río Duero y un bonito alcor colonizado por las sabinas (Juniperus thurifera). El agua de escorrentía al descender por las laderas ha modelado un paisaje de espectaculares cárcavas y caprichosas formas como las chimeneas de hadas.
Las “chimeneas de hadas”
Las chimeneas de hadas son un fenómeno geológico originado por los torrentes de agua. La erosión producida por el agua de escorrentía arrastra los materiales de las laderas y horada el terreno creando cárcavas y regueros, según sea la pendiente y la naturaleza del suelo.
Cuando los materiales poco consistentes están protegidos en la parte superior por rocas compactas que el agua no puede arrastrar, la erosión sólo se produce lateralmente dando como resultado estas caprichosas formas.
La ribera
Después de abandonar este paraje, propicio para que duendes y gnomos encuentren escondite, el itinerario llega a un cruce donde abandona el camino principal y continua por una estrecha vereda que discurre paralela al Río Duero. El canto de carboneros (Parus major), herrerillos (Parus caeruleus), mirlos (Turdus merula) y jilgueros (Carduelis carduelis) entre los carrizos (Phragmites australis) y las junqueras acompañan al viajero durante el trayecto. Al alcanzar un gran meandro del río, en el Pago del Quemado, el viajero avistará en la otra margen, alzándose sobre el Duero, la localidad de Zuzones. El sendero continúa por un terreno de aluvión entre el bosque ribereño y una repoblación de pino resinero (Pinus pinaster) y piño piñonero (Pinus pinea).
Más adelante la vereda se incorpora de nuevo al camino principal y continúa en dirección noroeste. Al llegar a la altura de una azuda en el río, la Senda del Duero se interna en el área recreativa del Monasterio de la Vid, un bosquete de pinos piñoneros entorno a la vega del Río Duero, y desemboca en el Camino del Quemado que conduce hasta el Monasterio de Santa María de la Vid y hasta el poblado de La Vid.
El Monasterio de Santa María de la Vid
El Monasterio de Santa María de la Vid está formado por varios edificios con mezcla de aires premonastrenses y agustinos. Los primeros monjes llegaron al monasterio en torno al año 1140, tras la retirada de los musulmanes de la línea defensiva que suponía el Duero y permanecieron en él hasta la exclaustración de 1835. En 1865 los monjes agustinos se asentaron en sus dependencias y liberaron al monasterio de la situación de abandono en la que había caído. Actualmente es un monumento histórico-artístico declarado Bien de Interés Cultural.
Tanto las dependencias monacales como la iglesia son de estilo tardogótico, renacentista, y sustituyeron al conjunto románico original del siglo XII, componiendo un edificio de tres naves con un gran cimborrio sobre el crucero.
La iglesia presenta una fachada barroca con un vano de medio punto rodeado por una estructura de columnas, balaustres y pilastras de gran belleza. Sobre ella se levanta una portentosa espadaña que asciende hasta el cielo mediante tres pisos de troneras. Los contrafuertes están adornados por grandes escudos heráldicos, medallones y esculturas al estilo romano, muy del gusto renacentista. El claustro, de gran belleza, fue construido en el siglo XVI.
El interior del monasterio alberga una biblioteca con extraordinarios fondos bibliográficos. Entre ellos sobresale un Corán manuscrito sobre pergamino del año 528 de la Hégira, año 1134 de la era cristiana, realizado con oro y tintas de colores azul, rojo, negro y verde. Además, la biblioteca presenta 22 incunables identificados y catalogados, muchos de ellos impresos antes de 1490.
De La Vid a Guma | 3 Km. – 30 min.
A mediados del siglo XX, con la política de construcción de pantanos, muchos pueblos castellanos fueron anegados y sus habitantes tuvieron que ser reubicados. El Instituto Nacional de Colonización adquirió, en los años cincuenta, la finca de La Vid y levantó la localidad actual para alojar a los vecinos del antiguo pueblo segoviano de Linares del Arroyo, inundado al construir el pantano de Linares. En su recuerdo, le dio el nombre de Colonia de Linares de La Vid.
El Camino Natural deja atrás el pueblo cruzando la carretera N-122 Valladolid – Soria por un paso subterráneo. Después de sortear una pradería, toma un ancho camino agrícola que transcurre junto al Duero y su bosque de ribera. Al llegar al mirador sobre un azud en el río, donde se halla la presa para la toma de agua de los canales de Guma y Aranda, el sendero asciende por una pequeña pendiente hasta el otero donde se asienta la población de Guma.
De Guma a Vadocondes | 6 Km. – 1 h. 30 min.
La antigua granja de Guma, donada en 1168 por el rey Alfonso VII, forma parte de la pedanía de La Vid y Zuzones. El Instituto Nacional de Colonización también levantó, en los años sesenta, el pueblo actual para realojar a los vecinos afectados por la construcción de los pantanos de las provincias de Cuenca, Guadalajara, Segovia y Valladolid. A estos colonos se les entregó un lote compuesto por casa, tierras, ganado y monte que debían pagar con un porcentaje de la cosecha obtenida.
El canal de Guma
A la salida de la pedanía el recorrido avanza paralelo al Canal de Guma entre viñedos y cultivos de regadío. Después de un tramo, cruza el canal y llega nuevamente hasta las proximidades del Río Duero. Una exuberante senda se adentra en el bosque de ribera que flanquea sus orillas. Chopos (Populus nigra), álamos (Populus alba), sauces (Salix sp.), olmos (Ulmus sp.), fresnos (Fraxinus sp.) y alisos (Alnus glutinosa) conforman un extenso dosel arbóreo. Junto al cauce también se desarrolla un rico estrato herbáceo compuesto por carrizos y juncos. Todo el ecosistema sirve de refugio a una gran variedad de avifauna como los zorzales comunes (Turdus philomelos), los mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita), las garzas reales (Ardea cinérea), los ánades (Anas platyrhynchos) y las fochas (Fulica atra).
Al cabo de un trecho la Senda del Duero alcanza la entrada de la población de Vadocondes donde un área recreativa, situada junto a la fuente de Puenteseco, brinda la posibilidad de tomar un merecido descanso antes de continuar.
De Vadocondes a Aranda de Duero | 13 Km. – 3 h. 20 min.
Según cuenta la leyenda, Vadocondes debe su nombre al vado que hay en el río, por el cual pasaron unos condes que perseguían a los moros infieles.
Declarada Conjunto Histórico, la localidad de Vadocondes estuvo amurallada en la época medieval. Todavía se preservan dos puertas de la antigua muralla: la Puerta de Burgos y la Puerta Nueva que muestra un escudo de los Austrias. Dentro de la población destacan la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, la Ermita de San Cosme y San Damián, la Ermita del Humilladero, el puente sobre el Duero, y la manguardia que protegía al pueblo de las crecidas. En la Plaza Mayor se conserva el Rollo Jurisdicional. Éste fue financiado con el derecho de pontazgo cobrado por vadear el Duero y está compuesto por una columna coronada por una cruz de forja. El remate de cuatro brazos con caras dolientes, sobre los que se pasarían las cuerdas para colgar a los reos, revela su posible uso como picota de ejecución.
El Monte de la Calabaza
Después de vadear el Río Duero por el antiguo puente, la Senda del Duero gira a la izquierda. Seguidamente discurre por la margen derecha del río y pasa bajo el puente de hierro de la antigua línea férrea Valladolid – Ariza. El itinerario avanza por los amplios caminos agrícolas que recorren los cultivos de regadío de la vega, en dirección hacia el Monte de la Calabaza, un pequeño sierro en el que las encinas (Quercus ilex) y los pinos resineros forman un denso bosque mediterráneo.
Continuando en dirección oeste y siguiendo el límite del Monte de la Calabaza y el Canal de Aranda se alcanza el Pago de la Enebrada. Un pilón y una fuente, fechados en 1926, marcan el inicio de un tramo asfaltado.
Después de pasar la Ermita de San Isidro, el Camino Natural cruza el Canal de Aranda y se aleja del Monte de la Calabaza por un paraje donde los terrenos de labor sustituyen paulatinamente al arbolado. En el segundo cruce de caminos, el itinerario vira a la izquierda, nuevamente en busca del Duero. Al llega junto al río el itinerario gira a la derecha, entre fincas de labor salpicadas de choperas pero, a medida que la etapa se aproxima a Aranda de Duero, el paisaje se altera con la presencia de numerosas huertas y fincas de recreo.
Tomando el Camino de Navafrías se entra en Aranda de Duero por la calle del Puente Conchuela, sobre el Río Arandilla. Un paseo a lo largo del Parque de la Isla, situado a orillas del Río Duero, pone fin a la etapa.
Planifica el viaje
Descarga la Guía del Sendero GR 14 en la Provincia de Burgos con información detallada de la etapa. También puedes descargar el Track de la Etapa 09: Langa de Duro – Aranda de Duero con todos los waypoint’s necesarios para no perderte.